enero 2009

Hola: en cuanto a las novelas poco que contar. Pero no son todo novelas en la vida.
Lo importante de esta semana es que ayer estuve con muchos amigos. El caso es que mi amigo Ricardo cumplía 50 años. Qué barbaridad, me acuerdo todavía de aquellos que tenían esa edad cuando yo andaba por los 20 o 30 y la verdad es que eran muy mayores. Pero las cosas han debido de cambiar porque yo no me veo a mi y a mis amigos tan viejos. Bueno, o las cosas han cambiado o yo miro a mis conocidos con otros ojos. El caso es que nos reunimos unos 40. Ellas muy monas y ellos no tanto, pues abundaban más las arruguillas entre los hombres. Sí, las barrigas también.
Había gente que nos conocíamos de los tiempos del colegio y eso imprime carácter, pues une un montonazo. Me gustó hablar con muchos, me gustó la comida y las cervezolas y los cubatas y me di cuenta de una cosa que quizás tenía olvidada: puede ser muy importante el escribir novelas, también puede ser muy importante quitarte barrigola y hacer deporte, pero mucho más importante que eso es...la gente. Sí, los demás, esos que éstán ahí y que de vez en cuando caemos en ello.
Así que en mis propósitos para el año nuevo, ha ganado muchos puestos eso por todos conocidos y muchas veces olvidado que es el apartado "gente". Muchas veces con la excusa de que en Madrid es difícil verse, de que mi trabajo, de que mis cosas, en fin, no hacemos por los demás y creo que es una pena, así que para este 2009, me he prometido, intentar ser mas "social" ya sea con la familia, amigos y los demás, pues creo que merece la pena y lo digo egoistamente: estar con gente reporta nuevas ideas y te abre horizontes. Lo diré mas claro: sienta bien y me niego a ver a mis amigos sólamente en funerales.
Pero ayer no abrí nuevos horizontes, sino simplemente disfruté. Me reí y me siento totalmente identificado con la fiesta que vivimos y sus participantes. Después de haber bailado algo y de los regalos de rigor, me fui con un amigo hacia casa y me enseñó un bareto por el barrio que yo no conocía en donde había un piano y un micrófono (está por la calle almirante). No, no canté "la calle melancolía" de Sabina (mi favorita en caraokes) y allí nos tomamos una copa de lo más rica. Me gustó y disfruté con el palique. ¿cuantas veces he vivido esa escena?...2 amigos, una barra, 3 de la mañana. No lo sé, pero sin hacer apología del alcohol y de la noche, me atrevería a decir que me encantan esos momentos.
Y hoy con mis amigos Floren y Laura me fui por el Madrid antiguo. Buenas cañas y excelente rabo de toro en su casa a la vuelta. Insisto: es importante estar acompañado.
Y mañana a comenzar con mis paseos, mis cocinas y si puedo, con mi novela, pero lo dicho: no pierdo nada por pegar telefonazos y decir: ¿Cómo andas?.
Un abrazote
Santi