domingo, 15 de febrero de 2009

Hasta las pelotas

Hola: con estas 3 palabras tan significativas "hasta las pelotas" mi editor se dirigió a mi por email para definirme su estado de ánimo. El caso es que está un poco cansado de la actitud de las distribuidoras de libros. Una de ellas no liquida cuando debería hacerlo y la otra no termina de ponerse de acuerdo con nosotros, y eso que nuestros primeros contactos fueron hace mes y medio. En fin, que cada vez me desentiendo más sobre el futuro de mis novelas. Confío en mi editor y punto, pues él sabe mucho más de todos estos temas y yo le ayudaré en lo que pueda. Un poco duro esto de ser escritor en este pais de los linces, y más fácil ser astronauta por estos valles que dedicarte al mundo de la tecla. Ya os digo: mucho tiempo (perdido o ganado, segun se mire) delante de un ordenador, poco dinero al bolsillo y tampoco se puede decir que conozcas a muchísima gente. Y con esto no pretendo echar para atrás ningún sueño de escritor, sino que recalcando lo de que merece la pena dejar plasmada las ideas en una novela, intento expresar el duro camino desde que arranca esa idea hasta que vemos presentada nuestra novela en una librería. Y eso que yo ahora tengo suerte con mi editorial jm ediciones, porque la primera que pillé, de cuyo nombre no quiero acordarme, bueno, mejor hablar de otra cosa.
Pero pese a que mis novelas no funcionan como debieran, y que en San Valentín nadie me llamó (esto viene siendo habitual en los últimos 32 años), sólo puedo pensar que soy un afortunado, pues insisto, ya en las cercanías, en mi entorno, se nota la crisis. Pero a lo largo de la historia ha habido muchas crisis, muchísimas diría yo, y hubo cosas peores que crisis... y lo que voy a decir, lo digo sin animo de crear sentimientos de culpabilidad. Así que me planteo lo siguiente:
Pánico nos da pensar que desde hace 10ooo años hasta tan sólo hace 200 años existiese la esclavitud: había hombres que como si de cromos se tratara poseía otros hombres y con ellos hacía lo que le viniese en gana. Era algo admitido y hubo esclavos en casi todas las civilizaciones. Actualmente, cientos de años más tarde, nos echamos las manos a la cabeza y nos mesamos los cabellos (me parece que se decía así) pensando en aquella barbaridad y preguntándonos cómo era aquello posible semejante barbaridad.
Pues yo creo que dentro de unos doscientos años, en el siglo XXIII, por ejemplo y por cierto a ver si nos vemos, los habitantes de este planeta se preguntarán estupefactos cómo era posible que en el moderno siglo XXI dejásemos morir de hambre a tantísima gente del planeta y es que sin levantar banderas de ningun tipo veo con tristeza que aquí, en el mundo, se está muriendo de hambre mogollón de gente y pienso que se podría evitar. Claro que sí, y ojalá que lo remedien los que mandan esto. Hay comida y agua para todos y la agonizante Africa se merece que la ayudemos después de todo lo que la hemos saqueado. Y mientras tanto y con independencia de lo que hagan los gobernantes del mundo, un consejito: pon tu grano de arena y ayuda a las ONGs. Las hay magníficas.
Pero bueno, cambio de rumbo para decirte mi otro pensamiento de la semana. Es sobre el metro de Madrid:
¿qué demonios significa una señal que hay en los vagones de algunas líneas de metro que situadas 1 metro por encima de algún asíento, pone una escalera con una flechita indicando la cabeza del que allí se sienta?. No sé, yo entiendo el cartelito de las embarazadas y viejecitos, pero ese...a lo mejor el que se sienta allí, cual bombero, tiene que saber algo de escaleras, porque escaleras, lo que se dice escaleras, por allí no hay ninguna. Yo por si acaso no me sentaré en ese sitio, a ver si tengo alguna responsabilidad por quedarme allí, pero ya que estamos hablando del metro (donde por cierto nunca he visto a ningun político, ni famoso) en el metro se observan más cosas:
Soban mucho más los de la banda de Babor que la de Estribor. Totalmente confirmado. Esta atrevida teoría, pendiente todavía de confirmación empírica, deja bien claro que se quedan sopa en sus asientos muchos más viajeros en los citados asientos de Br que en Er. Todavía no le encuentro explicación posible a este gran descubrimiento, pero ya he abierto varias líneas de investigación y espero dar pronto respuesta. No descarto llegar incluso a hacer entrevistas sobre el caso a los que soban. Ya me veo despertándoles. Ya os contaré mis progresos y a ver si es posible llegar a una explicación antes del festival de eurovisión, pues me parece un trabajo de lo más interesante y esta fecha me parece muy oportuna.
Y hoy hablan de un apagón general contra las electricas, por lo menos en España. Sérá a eso de las 2200 y durará 5 minutos. No sé, no sé, a mi estas cosas no acaban de convencerme. Puede que apague o puede que no.
Y Marta, la niña de Sevilla, resulta que fue asesinada por su exnovio. Justicia y Descanse en paz.
Un abrazo y no os olvidéis de jugar al cuponazo
Santi

5 comentarios:

  1. Hola, pasando a saludar y tambien para invitarte a que pases y veas mi blog a ver si encuentras algo de tu agrado y si te gusta intercambiemos enlaces, una suerte de fucionar dendritas o algo asi diria yo,je.
    Saludos y hasta la proxima.

    ResponderEliminar
  2. Muy interesante texto, espero que sus lubros sean bien aceptados.

    Un saludo

    ResponderEliminar
  3. Oye, Santiago, que interesante observación esa de los "sopas" jejeje...pues mira que he viajado en el metro de Madrid, durante unos cuatro años o así, y nunca, nunca -a pesar de esa deformación profesional que tenemos los que nos dedicamos a contar cosas- me había dado cuenta de eso. Si, de otras muchas, claro, como la que comentas que tampoco te encontraste a ningún famoso ni político por allí. Idem de lienzo con este que te escribe.
    Un saludo afectuoso, y espero verte por mi sitio, que es el tuyo.

    ResponderEliminar
  4. También he de hacer referencia a lo que dices del hambre. Es curioso como el mundo se dedica a salir al espacio, antes de limpiar la casa. Es nauseabundo, que cualquiera haga eso de, por ejemplo, echarse desodorante sin haberse lavado. Y por descontado que nos da asco al oler esa mezcla medio podrida. Pero al convertirnos en masa, el ser humano resulta un ser repugnante. Se antepone la calidad gregaria a la cualidad humana, con sorprendentes resultados. Sí, que el hambre se puede combatir, y que se debería luchar por eso, antes que por otras -muchas- cosas.
    Avanzamos cantidad, es cierto; pero dejamos demasiados recovecos por barrer.

    ResponderEliminar

no te vayas sin dejar tu comentario