camino del otoño

Hola a tod@s: no puede decirse que mis ventas de novelas fueran durante el verano muy numerosas. Tan sólo 5 ejemplares vendí, y dicha cantidad no me entusiasma demasiado, pero creo que lo importante es que mis 2 novelas publicadas no estén paradas y pese a que ya hace un par de años que vieron la luz, pues eso: que ahí están esperando a que se les acerquen los lectores.

Y sigo esperando como agua de mayo el desenlace del concurso del premio al que presenté mi tercera novela. Lo gane o lo pierda, la novela se publicará y así comenzarán de nuevo todos esos estupendos momentos que conlleva la publicación de una obra: la ilusión, esa ilusión que es capaz de mover el mundo, la alegría de reunir a mis amigos en torno a la presentación, hojear y disfrutar con la novela, las entrevistas y las críticas, en fin, todo aquello que hace sentirnos artistas por unos días. En definitiva, si todos esos momentos salen parecidos a los momentos vividos con las dos novelas anteriores me doy con un canto en los dientes. (Hay veces que me pregunto por qué demonios se dice esa tontería de darse con un canto en los dientes...debe de doler así como bastante sacudirse los piños con una puta piedra).

En fin, que como comercial no me fue muy allá el verano, pero he repasado otros aspectos del mismo y salí beneficiado con mis vacaciones: he conocido nuevos lugares y lo más importante: he conocido gentes y he profundizado con aquellos que ya conocía. Esto de las relaciones humanas debería de ser una asignatura de obligada enseñanza en colegios. Menos subespacios vectoriales y más humanidad.

En este sentido de las relaciones humanas tengo que decir que en esta última semana me he reunido con peregrinos, gentes de la Armada y del colegio(estamos cascadetes, pero ahí estamos), familia y en definitiva con amigos y si bien aumenté, como facilmente se puede haber adivinado, en un kilo mi preciosa barriguita, la mochila que llevo por la vida de los "buenos momentos" pesa un huevo más, y eso es estupendo. Buen conjunto este formado por mis amiguetes y que yo no sé si el grupo así formado con ellos, formará un conjunto de aquellos que nos enseñaban en el colegio con las propiedades conmutativa, asociativa, distributiva (que por cierto: no servían para nada), pero que funciona, vaya que si funciona, y en absoluto es un conjunto vacío (Anda que el que inventó el "conjunto vacío", también se lució)

Vaya, ya no sé si estoy hablando de amistad o matemáticas. Hablaré entonces de otra cosa: a lo mío Santi, a lo mío.

Si queréis papear bien, y con un precio muy razonable, por el barrio de Chamberí en Madrid, os recomiendo el restaurante "El Recoveco" situado en la calle Raimundo Lulio 24 (914452680). Merece la pena y el trato es estupendo.

Y esto de papear merece la pena y nunca renegaré a ello, pero hay otras cosas que merecen la pena como es intentar hacer un poco por los demás. No es que vaya a entregarme enteramente a la humanidad o pida algo similar, sino intentar ayudar un poquitín más, y es que hay muchos pringaos por el mundo (cerca de 1000 millones de seres humanos pasan hambre en el mundo). A ver si aclaro un poco mis ideas y me decido por la ONG con la que colaborar más en serio. Hay muchas y buenas. Espero tener suerte.

Y la semana finalizó con una estupenda fiesta/exposición. Ayer, mi amigo Floren http://florens-arte-facto.blogspot.com participó en una exposición colectiva de pintura/escultura en un chalet y ojalá mis presentaciones fueran iguales, pues tan pronto te bebías un vino, como sonaban las guitarras, como estabas de palique con alguna princesa engullendo una rica empanada. Voy a tener que copiar estas formas de hacer las presentaciones. Musicos, escritores y pintores unidos...jamas seremos vencidos. Suerte Mario y sus amigos con esa asociación cultural/creativa/yoga.

Y eso es todo por esta semana. Me gustaría seguir hablando de matemáticas y en concreto de la importancia intrínsica y biunivoca del número "pi" en mi vida, pero ya está bien de dar la paliza por hoy.

Buena semana.
Besos y abrazotes y a comprar cuponazos de la ONCE amigotes

Santi