domingo, 24 de mayo de 2009

national geographic el camino de Santiago

Sigo encantado con el reportaje de National geographic sobre el camino de Santiago: Xoel, del canjunto Deluxe, el peregrino protagonista lo hace de miedo, de una manera muy sencilla y el reportaje quita los malos tópicos del camino. Enhorabuena a todo el equipo de realización.
Este miercoles a 2215 parará en el albergue de Castrojeriz. A ver cómo salimos los hospitaleros. Se me olvidó en aquella tarde inolvidable un detalle muy importante: poner en la mesa sobre la que hablábamos los peregrinos para que saliesen en la tele mis novelas "1596:cuando a cadiz arribaron los ingleses" o "la leyenda de un cruzado aragones". Todo momento es bueno para hacer propaganda. Bueno: uno no puede estar en todo, y además no creo que el miercoles tenga mucha audiencia el documental, pues juega la final el Barsa. Suerte Puyol, Iniesta y compañía. En fin, seguro que repiten más veces lo de los peregrinos.

Por lo demás poco que contar: vi la pelicula Casablanca donde aparte de quedarme asombrado otra vez con la película magnífica que es, me llamó la atención lo que fumaban y bebían sus actores. Realmente impresionante, pues todas las escenas casi comienzan con una calada o un trago: pegan un lingotazo y luego paliquean. Con este criterio yo bien hubiera podido ser actor, aunque fuese secundario, en esta fenomenal película. También es impresionante la escena de la marsellesa: unos alemanes en el bareto de Rick se ponen a cantar una cancioncilla suya y llega el otro protagonista, que por cierto, ha sido corneado por Rick en París ("todavía nos queda París" y todas esas frases que nos sabemos de memoria) y pone a la orquesta a tocar el citado himno. Esta escena me puso los pelos de punta, pues la gente lo cantaba con verdadera pasión y alguno incluso en la barra, en el famoso piano, o en las mesas mientras lo entonaba o escuchaba echó alguna lagrimita y es que eso es lo que tienen los himnos, que hay mucha gente a las que les gusta un montonazo escuchar su melodía.

Y estoy conociendo el valle de Lozoya. Me está gustando y mucho. Es verde, con unos pueblos preciosos y bien cuidados. Yo que siempre hablo del valle del tietar por aquí, valle del tietar por allá, pues tengo que reconocer que este valle de la sierra madrileña es pero que muy bonito y entre otras cosas, el paseo Rascafría - el paular, merece la pena.

Buena semana y a ver si la próxima semana pongo la receta del gazpacho, que ahora no tengo tiempo.

Besos y abrazotes
Santi

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