domingo, 27 de septiembre de 2009

27 de septiembre

Comenzó el otoño.

Hay a gente que esta estación le entusiasma por sus tonalidades, su clima, y demás avatares. A mi sólo me suena a vuelta al cole. Con septiembre se terminaba el verano y se volvía a las clases y pasado el tiempo observo que se sustituye clases por trabajo, así que la tonalidad del otoño me cuesta verla y prefiero ver la de mayo, cuando tan solo restan unos meses para las vacaciones.

Pero bueno, hay cosas positivas del otoño: el reencuentro con la gente, la bajada de las temperaturas inaguantables del verano y que si llueve pues hay setas y es divertido ir a cogerlas, pero mal paso llevamos de que haya setas pues por esta zona no llueve nada. Es más, hoy que era de los pocos días en que no debería llover, pues hay una manifestación de apoyo a la candidatura olímpica de Madrid 2016, va y se pone a llover. Quizás sean sólo unas gotas, pero hará que más de uno se desanime a acudir a la manisfestación.

Y tengo mis esperanzas puestas en lo de Madrida 2016, pero la cosa está difícil, pero que muy difícil. El viernes se sabrá. Se admiten apuestas.

El miércoles me las prometía muy felices pues tenía comida con mi promoción de la Armada, y tengo unas relaciones estupendas con mis compañeros, así que me enfundé mi pantalón vaquero, mi camisa de cuadros y me dirigí al lugar convenido. Fue una lástima observar cuando llegué allí que de la puerta del local del club de la Armada colgaba un letrero que decía "no se admiten chandals, pantalones cortos, ni vaqueros". Me di la vuelta, saludé a alguno que me encontré y me quedé sin un buen papeo con amiguetes. Quizás fue fallo mío por no preveerlo, pero...

Yo pienso que poner semejante cartel en los años 70 del siglo pasado pues quizás no estuviese mal visto y marcaría bien la diferencia entre los que no se ponen vaqueros y "los otros", pero en un club social en el siglo XXI comparar al por todos aceptado vaquero con el chandal pues considero que no está muy bien que digamos. Además puestos a comparar mi precioso vaquero me costó unos 100 euretes y me gustaría saber cuantos pantalones de los allí presentes valían esa cantidad. Puestos a excluir podemos hacerlo también con los nikis que dejan muy remarcada la barriguita, los pantalones de pana que pueden sonar a campestres o bien las bufandas multicolores que pueden indicar ideología, pero no: a estas alturas de la jugada la siguen teniendo tomada con los comodísimos vaqueros.

Creo en ese sentido que dentro de unos pocos de años, nos reiremos de esa prohibición vaqueril, pero bueno, acepto las normas, así que si vuelvo por allí volveré con más "decencia" en mi forma de vestir. No obstante, escribo esto no cómo un ataque a una norma que no me parece adecuada, sino en defensa de una prenda de vestir elegante. Me contaban el otro día que en una pasarela de cibeles donde se ve lo mejorcito entre las modelos y público, pues no sé si si era Mar flores que estaba entre el publico, iba con un vaquero destartalado, pero eso si: ella estaba impresionante. Veo con tristeza que esta modelo pueda estar allí luciendo tipito y sin embargo no pueda estar en el Club Naval por su indumentaria. ¡¡Mira tu lo que nos estamos perdiendo!!. A otra cosa mariposa.

He comenzado el libro de millenium. Todo el mundo lo leía, así que me he decicido a comenzarlo. El libro en cuestión se llama "los hombres que no amaban a las mujeres" y al principio, las primeras 40 o 50 páginas es infumable, pero a medida que empiezan a aparecer los personajes engancha y ahora estoy por la página 100 y muy entretenido con su lectura. Por otra parte mi tercera novela está parada, pero gracias a Luis he conseguido el libro de la Armada española de Cesareo Fernandez Duro que fue un gran historiador. Leo sobre los años en que transcurre mi novela pero no sé si llegaré a buen puerto sobre mi tercer intento de novela. Bueno, al menos aprendo sobre la Armada en unos años muy determinantes.

Y terminé mi "buena vida" con un guateque años 60 en piedralaves. Fue en una casa de turismo rural y allí que nos juntamos unos cuantos bajo los compases de cientos de conjuntos de la época, pues el DJ tenía todo lo inimaginable de música. Llegué a bailar incluso y como final de veraneo, pues comí y bebí como lo hubiera hecho en un guateque. No me preocupa: mañana comienza mi régimen y el 8 de octubre me espera Petra, mi endocrinóloga. Adiós barriguita y tener que coser botones que saltan .

Ya para finalizar y para el que sea del barrio, decirle que acaba de aparecer una nueva revista. Se llama www.somosmalasaña.com donde encontrará noticias sobre este emblemático barrio de Madrid. Continuando con mi vida de barrio, me voy a apuntar a un curso de cata de vinos en la plaza de Olavide. Me apetece aprender a conocer algo más de vinos y es una buena excusa para salir de casa.

Y eso es todo por esta semana.
Comienza mi época de salud y esta semana me compraré otro pantalón que no sea vaquero.
Besos y abrazos
Santi

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