miércoles, 14 de diciembre de 2016

Tal vez no sabemos apreciar lo que tenemos...

De vuelta de un viaje. De un viaje estupendo. Esta vez tocó la India.
Encantado de haber estado por aquellas latitudes, uno de los mejores viajes que he realizado. Ana me acompañó.Bueno, mejor...yo acompañé a Ana porque con este pobre inglés que hablo no iba yo a llegar muy lejos. Y nos acompañaron en todo momento haciendo de anfitriones, guías, amigos y todo lo que se tercie 2 personas maravillosas que por allí vivían. Carlos y Bea. Millones de gracias por todo.
Conocimos con ellos la India pobre y la India rica. Me quedo con la segunda, la cara, la del lujo asiático. La otra me impresionó. Yo lo llamaba miseria, si bien puede definirse como pobreza extrema. Pido perdón por la clasificación que hago.

Caos. Esa es la palabra adecuada que describe las calles indias con esos cientos de claxones sonando sin parar a todas horas, y con esas multitudes andando por unas calles sin aceras jalonadas por múltiples vacas y perros que comían en los estercoleros. Es admirable el sentimiento de amor de los indios hacia los animales. Yo discrepo, pero les admiro. Así son las calles de la India. De verdad: se llega a echar de menos las calles de Madrid. ¡Y yo que me quejaba que la capital de España está muy sucia!

Benarés, Taj Majal, Agra y Jaipur. Unos cuantos días viendo amanecer, y mereció la pena. Tembién probamos, como no, los tuc-tucs o motoretas similares a taxis y probamos también los trenes indios, con...¡¡8 horas de retraso!!. Trenes eternos donde los haya y que paraban en unas estaciones atiborradas de gente durmiendo tirados. Sin embargo, el tren de literas, es cómodo y bien atendido. Bueno, y la comida un poco picante, y es que el que suscribe cada vez es más del caldo gallego y el torrezno. Además, otra cosa: es genial en España poder beber de los grifos. Qué buen agua tenemos en Madrid.

Y el trato con los indios me gustó. Namasté.

En fin...que viajar es bueno y abre horizontes en este mundo global en el que vivimos. Conocer gentes, apreciar lo bueno que tenemos, que es mucho, y ver diferentes tipos de vida...La verdad: no sabemos apreciar lo que tenemos.
Y me sorprendió la cantidad de españoles que nos encontramos por allá. Viajando solos, en pareja o en grupo. Me gustaba oír hablar español. Mi idioma, nuestro idioma.

Uno de ellos, un buen amigo, se pasó 2 meses por allí como voluntario de las monjas de Calcuta y luego en un convento de monjes católicos pero cercanos en algunos aspectos al hinduísmo, ashram creo que se llama. Parecía encantado.

En fin, un gran viaje. Una conclusión final: pese a todo, y pese a muchos, en España no se vive mal, que me perdonen parados y desahuciados. Vamos a intentar vivir mejor. Podemos lograrlo.

Sí, compré pasminas y abalorios varios

Bueno, hasta el domingo, y por favor seguir comprando cupones de la ONCE, que es cosa buena. Y con ganas de ver editada mi nueva novela que está en manos de mi nuevo editor. Tal vez en febrero...
Besos y abrazotes
www.jmediciones.com

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