domingo, 26 de febrero de 2017

cumpleaños feliz

Pues regularmente me suele pasar una vez al año, y no sé si os pasa a vosotros también. El caso es que así, sin hacer nada especial, sin merecérmelo, de repente me encuentro que me llama mucha gente, y me ponen bastantes caritas sonrientes de esas en los diferentes grupos de whatsapp a los que  pertenezco, y es cuando entonces me doy cuenta que estoy cumpliendo años. Ya van 56, y el caso es que me gusta esta apología de la amistad con abrazos varios. Fue el miércoles. Todo sea dicho, que uno con 56 años pertenece al segmento "talludito". Lo sé. Mucha gente hubiera querido llegar a los 56 años.

No sólo eso, sino que además me gusta también toda la parafernalia que acompaña a los cumples. Y si puedo lo celebro encantado con mis seres queridos, porque el "a vivir que son 2 días" cobra sentido en estos días tan señalados. De eso se trata, de vivir...qué gran cosa...

Puestos a celebrar, siempre me llamó la atención lo que debería ser entrar en el hotel Ritz de Madrid, con paso firme, sin titubear, y darte un homenaje, como quien no quiere la cosa. Cientos de celebridades así lo hicieron. ¿Por qué yo no?. Bueno, bien pensado, dormir allí no es nada barato, es un imposible para mi bolsillo, y más teniendo casa en la capital de España, pero ¿que tal desayunar?. Así que dicho día, el día de mi onomástica, invité a mi novia a hacerlo. Tenía claro una cosa: creía que nos iba a gustar...

Y nos gustó.

Los que nos atendieron son profesionales en tratar bien al cliente, vamos, que te hacen la pelota como si fueras un conocido dentista o incluso un futbolista de esos de élite, de los de primera división, y a decir verdad, el hotel Ritz es un lugar emblemático donde uno está cómodo desde el primer momento que lo pisa. Por eso cuesta un pastón tomarse un cafelito, pero ya digo que merece la pena. Así que si queréis dar un homenaje a vuestra pareja, no lo dudéis: Al Ritz a escuchar al pianista y con mesas decoradas con una rosa de esas estupendas coloradas. Sólo nos costó 44 euretes, para los dos. No, no tomamos caviar. Vamos, que pudimos haber comido 4 menús diarios consecutivos en baretos próximos, pero ya digo, mereció la pena y a vivir que son dos días (y ya llevo día y medio, por eso me gustan estas cosas)

Que si luego continué con una buena comida con los amigos marinos. Los del botón del ancla. Creo sinceramente que con estas edades y en estos papeos, debemos hablar más de la vida y menos de la milicia, pero resultó una comida estupenda. Como estupendos son mis amigos. Y para finalizar acabé cenando con la familia. Muy buena la reunión. Siempre haré apología de la familia, y  del local de la cena, el restaurante "los cinco sentidos", cerca del corte inglés de Goya, en la calle Lombia 5. Un sitio sencillo pero espectacular y con una gente magnífica en barra y cocina. No exagero: una vez a la semana voy para allá con mi chica y quedo cada día más encantado con Iñigo, Eva y Laura. Trío de ases. http://www.restaurantecincosentidos.com/

Pues así celebré mi cumple, y es un motivo más para dar gracias a los Dioses varios que nos miman desde el más allá, a la naturaleza que es muy sabia, y a la suerte que me acompaña y a la madre que me parió. Es bueno cumplir así años, porque entre otras cosas, millones de personas no pueden celebrar fecha alguna, porque no tienen nada que celebrar y lo que es más triste, apenas pueden seguir viviendo un día más. Esa es su tragedia. De verdad, es una suerte la que tengo. Puta desigualdad. Ojalá hagamos lo que podamos por evitarla. Voto por ello.

Y ahora vengo de Valladolid, donde me disfracé de Hippy con motivo de los carnavales. ¿Qué quedó del movimiento Hippy?. Creo que nada, tan sólo unas buenas canciones, y unas cuantas buenas intenciones. Qué pena, era un buen movimiento. Creo que es difícil que vuelva a surgir un movimiento tan natural como el Hippy. Ahora más bien suena y demasiado fuerte otro movimiento, llámese el movimiento "Trump". Sólo que éste nuevo movimiento, en vez de lucir flores en el pelo, se las come. Una pequeña diferencia. Ya lo digo...me temo lo peor.

Pues eso: que tengáis una estupenda semana, os disfracéis de Hippy o no, y por favor comprar cupones de la ONCE, que es cosa buena.
Besos y abrazotes
Santi.
Por cierto, mi nueva novela se presenta el 13 de marzo en el café Manuela a las 2000 horas. Allí estaremos. Con la intención simplemente de tomar unas cañas
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