jueves, 10 de marzo de 2016

El Teniente Coronel Arozamena

Fernando, para algunos el Teniente Coronel Arozamena, es un tipo sencillo.
Se metió en la milicia porque un tío suyo era militar y le hablaba bien de la milicia, y a Fernando le pareció oportuno tomar el camino de las armas antes que el del magisterio, que dicho sea de paso, también le gustaba, pero cosas de la vida, prefirió el Cetme al puntero.
Y tras una dura oposición consiguió meterse en el ejército. Como en todo, tuvo sus momentos buenos y los hubo también malos, pero no voy a contar batallitas. Simplemente diré que cuando tu y yo estábamos de cañas por Barcelona, Madrid o Piedralaves, Fernando estaba en Afganistán de guardia haciendo lo posible para que nosotros pudiésemos seguir tomando birras, y cuando nosotros estábamos tirados tomando el sol en la playa y en el chiringuito, el Arozamena estaba camuflado por Irak intentando no ser descubierto por los francotiradores. Nunca jamás nos lo echó en cara, nada de eso.  Él tuvo suerte, de aquellas guerras volvió siempre por sus propios pies, sin necesidad de ataúdes de aquellos que utilizó alguno de sus compañeros. Eran las patrullas, las guardias y la lucha diaria su trabajo. Le gustaba, y para eso le pagaban.

Hizo bien su carrera, pero también sabía que no llegaría nunca a ser general. Sus informes no fueron los mejores y no tenía cursos brillantes de estado mayor este soldado que siempre estuvo en las trincheras. No culpó a nadie en particular, tal vez al sistema, pero esa era otra historia. Ahora lo importante es que a Fernando le quedaba poco tiempo para retirarse y tachaba los días que le faltaban para pasar a la reserva. Llegaba el momento de disfrutar.

Un último destino, una última misión. Le destinan a Barcelona a un mero trabajo burocrático. Hacer gestiones, papeles, poner sellos, y seguir tachando los días que le quedaban para el retiro. Qué bendición.

Es entonces cuando surge el salón de la enseñanza, una feria de la educación en la ciudad Condal. Una muestra en la capital sobre la enseñanza, a la cual el ejército está invitado para poner un stand y había que ponerlo. Se le asigna a Fernando tamaña misión.

Como todo trabajo que se le haya encomendado, pone todo el interés en llevarlo a cabo. Y llega el día de la inauguración.

En dicho día, vistiendo su uniforme, ve venir a la alcaldesa de Barcelona, la autoridad que preside el acto. Y el Arozamena se acerca a saludarla. Siempre le han enseñado a saludar. Entonces, la alcaldesa, muy natural, le vino a decir que "no era su deseo que estuvieran allí" o dicho de otro modo "la presencia militar no es grata en aquella muestra"

Hasta aquí la historia, ahora viene una pregunta y luego un par de reflexiones. Empecemos con la pregunta:
De estos dos funcionarios, la alcaldesa y el militar, ¿Quién crees que obró correctamente y se hizo merecedor del sueldo que le pagamos todos los ciudadanos? y ahora la reflexión...

Viva el Teniente Coronel Arozamena. Todo un señor. Esta la primera reflexión posible

Vamos con la segunda, con la otra parte implicada.

Si la que así habla es una señora que se llama Ada Colau, como así se llama la señora, está en todo su derecho de opinar lo que quiera y cuando quiera, y su opinión se la puede decir a quien quiera. Ahora bien, si la que habla es una alcaldesa, toda una alcaldesa de una ciudad como Barcelona y principal representante de todos, absolutamente todos sus millones de habitantes, comete un grave y lamentable error. Un cargo electo no puede ignorar, ningunear o despreciar, como se quiera decir, de esa manera, a un estamento como el militar. Ni al militar ni a ningún otro.
En fin, gracias Fernando, y por cierto, tenéis todo vuestro derecho a tener un Stand y...ánimo que te queda un día menos para la jubilación. No, no te vuelvas a Irak. Quédate en España que te queremos.

Ya digo: a ver cuando comienzan a desarrollarse los masters obligatorios para todos los políticos o cargos electos: cursos de algún mes de duración en que los políticos aprendan estas pequeñas cosillas sobre los fondos y las formas, sobre lo que es correcto y lo que es molestar o dañar. Es curioso lo siguiente que comentaré: a un ayudante de cocina le exigen un título, que ha de sacarse obligatoriamente tras estudios y prácticas, el de manipulador de alimentos, sin embargo  a estos que nos gobiernan no se les exige título alguno. Luego pasa lo que pasa. Lo dicho: viva el Arozamena.

Besos y abrazotes y que sigáis teniendo buena semana
Santi
www.jmediciones.com
NOTA: El hecho es histórico, pero el Arozamena es ficticio. (La Colau...es real)

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